martes, 25 de octubre de 2011

El Puente de la Unidad: Segunda parte







Cada vez que los carmelitas transitamos el Puente de la Unidad, nos jugamos la vida y además pagamos por ello. Es una especie de ruleta rusa que tenemos perdida de antemano, porque el otro apostador, el gobierno del Estado, se lleva siempre todo el dinero y en caso de una tragedia, como la del “pangazo” de hace 30 años, usa sus múltiples posibilidades de torcer la Ley para encubrir a los responsables.


Hoy, en la continuación de la serie “El Puente de la Unidad, la tragedia que se aproxima”, les presentamos la primera parte de un reportaje de Hugo Salvatierra Erruguín, publicado el 10 de diciembre de 2007.



El puente La Unidad está en riesgo

El puente sobre la Laguna de Términos desafía a la física y a la ley en un frágil equilibrio. (Carlos Ferrer)
El concreto acusó entallamientos y erosión por ataque químico. (Carlos Ferrer)
Aproximadamente 14 pilotes hincados en el lecho marino forman cada uno de los 108 caballetes. (Carlos Ferrer)
La información referente al estado legal y físico de la estructura forma parte de un proceso judicial, indica el IFAI.

Cualquier día se hunde la panga”, rumoraba la población de Isla Aguada, Campeche, al ver el estado del transbordador de la Laguna de Términos. Las autoridades no hicieron caso, pese a la evidente corrosión del casco metálico. Dicho y hecho, la embarcación se hundió con automóviles, autobuses, mudanzas y alrededor de 100 personas.

27 años después, el temor renace entre la gente, esta vez por las fallas que presenta la estructura de concreto armado del puente La Unidad a lo largo de sus 3,280 m. Construida en el lugar de aquella tragedia para reestablecer las comunicaciones, la obra es la segunda más larga en su tipo en todo México.

Comenzó a operar en 1982 en un punto estratégico para la seguridad y el comercio nacional, pues conecta a la Península de Yucatán con el centro del país en una zona petrolera. Inicia en Puerto Real, dentro de Isla del Carmen, y termina en Isla Aguada, población en tierra continental que está en dirección a Yucatán. Si no existiera, los vehículos rodearían Campeche por Escárcega, lo que significaría pérdida de tiempo vital en caso de contingencia en Quintana Roo, sitio que cada año sufre los estragos de los huracanes.

Miedo popular

La señalización indica una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora; muchos se apegan intuitivamente a la Ley que reglamenta el funcionamiento del Puente Isla Aguada-Puerto Real, en el Municipio de Carmen, Campeche, decretada en 1982, cuyo artículo 5º señala que la velocidad permitida será de 30 kilómetros por hora. No falta el conductor que baja las ventanillas por si es necesario salir a nado. Pero sólo algunos habitantes de los poblados cercanos toman esas precauciones, pues desde la superficie de rodamiento es difícil notar alguna anomalía.

Sin embargo, las cosas cambian bajo la estructura, donde la tierra cercana a los aproches tiembla con el paso de los tráileres más pesados. Para ver el estado del puente es preciso realizar un recorrido en lancha. A lo largo de La Unidad resaltan a simple vista cuarteaduras en el concreto y corrosión en los armados de acero, que a falta de mantenimiento adecuado quedaron expuestos en algunas áreas.

Los pilotes son las piezas más afectadas: hay presencia de óxido, humedad y varillas a la in-temperie, incluso en áreas previamente reparadas. Pero esto pierde importancia al compararlo con otros —los menos— que están desgajados. Entre 40% y 50% de los pilotes están en mal estado, asienta Gonzalo Fernández, especialista en estructuras, quien reside en Campeche y prefiere omitir su nombre verdadero.

Al sumergirse en la laguna, el panorama no resulta alentador. Moisés Marfil, hombre delgado y de aspecto costeño que bucea desde hace 30 años, narra que la mitad de los pilotes están desfigurados y con grietas de hasta una cuarta: “Cuando jalo el trozo de material se cae”. “La plancha de los cimientos ya no está cubierta por arena, ya se ve más pa’bajo, cualquier día se quiebra”, describe Andrés López desde la playa, joven de piel morena y cabello rojizo que pesca con arpón desde hace 15 años.

El problema es que la estructura tiene más de cinco años así. El veredicto sobre el nivel de riesgo que emite el Centro Campeche de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) sostiene que: “… la revisión estructural considera que en el caso de los pilotes aun cuando el área de acero tiene un porcentaje menor al original, las cargas vivas de diseño actuales no son críticas para el trabajo de estos elementos, ya que el factor de seguridad fue muy alto, por lo tanto se cuenta con 14 pilotes por caballete”.

Al solicitar más detalles sobre su estado físico, la SCT, a través del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), respondió a Obras que la información está reservada por dos años por tratarse de documentación relativa al proceso judicial en que se encuentra el puente. Cabe mencionar que desde 1986 ya se habían iniciado estudios para identificar la magnitud de los deterioros, indica un documento proporcionado por la dependencia.



Hasta aquí la segunda parte. El jueves, la siguiente entrega.
   

  

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