Tercera parte de la serie: "El puente de la Unidad: La tragedia que se aproxima" y segunda parte del reportaje de Hugo Salvatierra Erruguín, publicado el 10 de diciembre de 2007.
En teoría, el material, después de ser aplicado, fraguaría en aproximadamente una hora, pero en algunos pilotes transcurrió un año y el material no alcanzaba la resistencia esperada.
A mar revuelto
En 2002, Grupo Dinámico recibió el contrato de mantenimiento de algunos caballetes, al ganar una licitación pública en la que ofertó el precio más bajo: 16.7 millones de pesos (mdp). Tenía que dar protección catódica al concreto y encamisar los pilotes que presentaban estallamiento por la corrosión, entre otras cosas.
La empresa aplicó un sistema consistente en una resina que penetra en la camisa y refuerza el recubrimiento de las estructuras. En teoría, el material, después de ser aplicado, fraguaría en aproximadamente una hora, pero en algunos pilotes transcurrió un año y el material no alcanzaba la resistencia esperada.
Antes de la intervención, Grupo Dinámico realizó una serie de pruebas que resultaron satisfactorias, pues se efectuaron en la Ciudad de México, donde la temperatura es menor que en Ciudad del Carmen, donde varía entre 25 y 33ºC. El problema fue que en vez de comprar o rentar al distribuidor del producto la máquina para inyectarlo utilizó una propia, que no contaba con mecanismos para regular la temperatura, siendo que el fraguado de las resinas depende de la presión, la proporciones de los componentes y la temperatura. A esto hay que agregar que las camisas tenían el grosor para resistir el peso del líquido por poco tiempo. Excedido el lapso de diseño, se abultaron los moldes. Por lo tanto, la resistencia esperada no se alcanzó.
Los argumentos llevan a tres posibles conflictos éticos: 1) Grupo Dinámico no tenía la capacidad para realizar el trabajo; 2) el distribuidor del producto no dio las especificaciones de uso, y 3) había razones para dificultar los trabajos de Grupo Dinámico, concluye un testigo que prefiere permanecer en el anonimato.
El contrato no especificó la máquina, sólo el producto. Si en la licitación no está especificada la maquinaria, el proveedor “no tiene responsabilidad, salvo que ese producto esté mal”, puntualiza Roberto Hernández, socio director de Corporación Mexicana de Asesores en Derecho (Comad), despacho especializado en contratación pública, contratos administrativos y proyectos de infraestructura, entre otras áreas. En caso de que el producto tenga alguna anomalía, el contratista asumirá la responsabilidad ante la dependencia y estará en condiciones de demandar al proveedor, agrega.
Ante ello, la SCT decidió rescindir el contrato, pero Grupo Dinámico se inconformó. Ahora, el Juez Quinto de Distrito en la Ciudad de México determinará si es válida o no la rescisión, pero la labor resulta complicada, pues la bitácora de obra, en vez de contener especificaciones técnicas y el seguimiento de los procesos, plasma el conflicto humano que surgió entre la empresa y el supervisor, afirman fuentes anónimas.
Por tal motivo, cada parte llevó a un perito, pero como no llegaron a un acuerdo, el juez tuvo que nombrar a uno independiente para que recabara la información técnica mediante una inspección física del puente que arrojará un veredicto a futuro.
Continuará...