miércoles, 30 de mayo de 2012

Las campañas




Platicar con la gente que trabaja con Sebastián Calderón deja un mal sabor de boca. “Si el capitán se mantiene en la pelea, dicen, es por la simpatía y el afecto que los carmelitas le tienen, porque su casa de campaña es un desastre. Algunas áreas trabajan a medias, otras están paralizadas y estamos impacientes, quisiéramos meter mano para cambiar las cosas, decir lo que sentimos, pero tenemos miedo de ser relegados”. Con mucha tristeza, coinciden en que lo mejor es quedarse callados.

De no cambiar la situación la única esperanza que les queda es que el carisma del capitán les haga el milagro, pero va contra las carretadas de dinero con las doña Chely desde el Ayuntamiento y Fernando Ortega desde el gobierno del Estado están financiando a Enrique Iván, y ese dinero no es sólo para la propaganda que inunda Carmen o la compra de primeras planas y programas de radio, sino también para prostituir electoralmente a los carmelitas: los van a comprar al precio que sea, y con la mala organización de la campaña del capitán Calderón, es poca la resistencia que se puede ofrecer.

Y mientras eso sucede con los panistas, en la campaña de Enrique Iván la confianza roza la soberbia. El candidato ya se trepó en su ego y repite por todos lados que no le importa que los priistas no lo quieran porque de todas formas ganará por una diferencia de 3 a 1 y, entonces sí, “se la van a pagar esos petroleros de mierda”. Ni siquiera guarda las formas y es poco lo que se necesita para que el carácter despótico que le conocemos aflore. Esta historia es un ejemplo:

En la sede del PRI municipal de la Av. Periférica, el pasado 2 de mayo, el secretario personal de Enrique Iván, Alfonso Loaeza, citó al club de motociclistas comandado por Gabriel Solana Alva, el Peperami, a una reunión con el candidato a las 6 de la tarde.

A la hora señalada se reunieron alrededor de 35 integrantes del club junto con sus esposas, novias, etcétera, en total unas 70 personas para saludar a Enrique Iván. Los recibió Loeza y les dijo que la reunión se retrasaría para las 9 de la noche. Los motociclistas decidieron esperar.

Después de casi 4 horas, Enrique Iván salió de una sala donde atendía a unas personas y pasó de largo rumbo a la salida del recinto. Loaeza lo alcanzó para recordarle la reunión con los motociclistas pero el candidato le dijo que tenía prisa por llegar a la celebración de un familiar. Loaeza insistió y Satanás contestó que le valía madres, que él ya era presidente, que solo era cuestión de tiempo, sin darse cuenta que dos o tres motociclistas los siguieron y escucharon cómo los mandaba al carajo.

Los motociclistas, obviamente, se fueron de ahí indignados y desde entonces mientan madres contra Satanás, con justa razón.

Esta es la situación que guardan las dos campañas: por un lado, la simpatía que es despedazada por la desorganización y por el otro la confianza que se confunde con la soberbia. Falta mucho tiempo todavía: veremos quién de los dos candidatos fuertes de Carmen es capaz de corregir el rumbo. 

lunes, 28 de mayo de 2012

Injusticia divina



Por lo general, cuando Jorge Nordhausen opina lo hace con las vísceras.  Pero es justo reconocer que en algunas ocasiones le atina, como hace unos días en twitter, cuando escribió que el priismo de Carmen tenía gente mucho más valiosa que Enrique Iván (a) “Satanás” para abanderar la candidatura a la alcaldía. Muy cierto.  

Un ejemplo, Oscar Rosas. Oscar era el puntero en todas las encuestas y, un dato adicional, tenía el menor porcentaje de menciones negativas. Además siempre ha sido priista, así que su candidatura hubiera unido al partido, cosa muy importante si atendemos el terrible gobierno de doña Chely y las locuras de su hijo Billy, que no sólo ha robado a manos llenas sino que ha lastimado a muchos. Con Oscar la contienda contra el PAN hubiera sido pareja pero por desgracia el gobernador tenía otros planes:

En primera, Fernando Ortega ya decidió que su sucesor será Raúl Pozos. Por tanto, para que siga sus pasos, lo impuso como candidato al Senado y ordenó que la figura política mejor posicionada en Carmen, Oscar, fuera el compañero de fórmula para asegurar la victoria. En otras palabras, usar carne de cañón carmelita para un proyecto campechano.

En segunda, la popularidad de Oscar era la forma más diplomática de sacudirse a Víctor Kidnie, que quería esa posición. Como es bien sabido, en el PRI necesitan siempre los votos petroleros pero están poco dispuestos a tolerar a esos “guaracatacas” que ni campechanos son.

Así fue como mandaron a Oscar a servirle de patiño a Pozos y dejaron la candidatura a la presidencia municipal en manos de Satanás.

Pero la realidad ha impuesto sus condiciones. Pozos no levantó lo que se esperaba y Oscar tiene que cargar con ese lastre. En su desesperación ha empezado a declarar hasta contra sí mismo, como consta aquí, y el escenario que se le presenta es lúgubre: por el momento tienen perdido el segundo distrito de calle. Si fracasan, Pozos entra de todas maneras al Senado como primera minoría pero Oscar, el personaje más popular de Carmen, terminaría su carrera política.  

Y Satanás también se las está viendo difíciles. Después de su traición al blanquiazul tuvo más de dos años para inscribirse como militante del PRI pero no lo hizo. La tenía segura. El gobernador lo impuso como candidato del Verde Ecologista y, por la coalición entre partidos, también del tricolor. Por primera vez en su historia, el PRI carmelo no tiene candidato.

Por lo anterior es evidente el malestar de los priistas. Tienen que apoyar a un candidato externo y no a cualquier candidato, sino al que hasta hace poco, cuando militaba en el PAN, les gritaba que eran ratas de alcantarilla y negligentes; y además de haber sido insultados por Satanás tienen que respaldarlo cuando arrastra una inhabilitación por… ¡negligencia administrativa! durante su paso como titular de la Semarnat. Injusticia divina.

Ya no quiero ni pensar qué sienten los priistas cuando Satanás les dice que son lo máximo.

Tiene razón Nordhausen, el PRI tenía mejores prospectos. Pero Fernando Ortega, desde Campeche, privilegiando su proyecto campechano, mandó al carajo a la militancia y les impuso a un panista que, para acabar de fregar, es perseguido por la justicia.

lunes, 21 de mayo de 2012

El cinismo de Oscar Rosas



El ex diputado federal y ahora candidato al Senado por el PRI, Oscar Rosas, nos resultó un consumado cínico. Después del quinto "gasolinazo" del año, hace una semana, declaró lo que ven en la imagen:







Pero si nos tomamos la molestia de consultar la página del Congreso de la Unión, veremos una tabla que muestra cómo votó la bancada de cada partido en el asunto de los "gasolinazos. Vayan al siguiente enlace:


Verán que por el PRI votaron 160 diputados a favor del alza, y si "cliquean" sobre ese número (160), aparecerá la lista de diputados que levantaron el dedo para aniquilarnos con los deslices mensuales. El número 130 es Rosas González Oscar Román.

Fantastico. Viene aquí ahora, en campaña, cuando necesita votos para él y Pozos, a decirnos que "Urge frenar gazolinazos" cuando fue uno de los responsables de esa injusticia. ¡Qué Rosas tan sinvergüenza!